El trabajo de los voluntarios en un centro de aislamiento de San Fernando
Por Milagro Pannunzio
Los rescatistas voluntarios del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA) se encuentran trabajando junto al Municipio desde hace 80 días en los diferentes Centros de Aislamiento para pacientes leves, asintomáticos y sospechosos de Covid-19. La Casa de Retiros Espirituales “Monseñor Aguirre” que funciona desde el 15 de julio como centro de aislamiento.
El CEPA es una organización que funciona en Argentina desde el año 2002, posee en total 9 filiales en todo el país y se encuentra en nuestro distrito desde hace 2 años. El presidente de la filial San Fernando-Tigre es Maximiliano Palacios, un joven de 23 años que trabaja en un laboratorio de farmacia veterinaria, estudia medio ambiente y es voluntario del CEPA desde hace 9 años. En la entrevista, Maximiliano nos cuenta que su trabajo consta en “dar asistencia humanitaria y de primeros auxilios en eventos masivos”. Poseen mucha experiencia en centros de evacuaciones de urgencia, como es el caso de las inundaciones o tormentas fuertes, pero también participan de comedores y ollas comunitarias o hacen de apoyo a fuerzas armadas, de seguridad y bomberos.
Maximiliano describe al CEPA como una institución abierta, que no tiene nacionalidades, ni religión, ni discrimina bajo ningún concepto, y que busca la manera de que todas las personas que tengan el impulso de ayudar, puedan hacerlo.
La pandemia por el Covid-19 los llamó a ponerse a disposición de su comunidad una vez más y desde hace 80 días se encuentran trabajando sin parar de manera voluntaria en los diferentes Centros de Aislamiento que funcionaron y funcionan en San Fernando. “Este es uno de los desafíos más grandes que nos ha tocado vivir. Achicar el trabajo de los chicos que están ahí hace casi tres meses es muy importante, porque la evolución de la pandemia va a generar que el día de mañana esto sea ganancia para todos. Por eso es muy importante que no bajen los brazos y no se descuiden porque es ahí donde el virus aprovecha. Estamos haciendo las cosas muy bien, este es un sacrificio de toda la comunidad, estés en primera línea o afuera: es momento de cuidarnos”, el mensaje que nos deja Maximiliano, presidente de CEPA San Fernando-Tigre. También expresó que ser voluntario es un estilo de vida, una elección en la que la sonrisa y el gracias es su alimento. “Los voluntarios entregan lo más preciado que tenemos todo, que es nuestro tiempo”.
Una de las voluntarias es Florencia Pupilli, de 21 años, estudiante de la carrera de enfermería en el Hospital Petrona Cordero. “Nos turnamos con toda la gestión del centro, vamos cambiando las tareas entre nosotros, nos ocupamos de recibir a los pacientes nuevos, tener todas las comidas listas, hacemos guardias, chequeamos que a ningún paciente le falte nada, vamos viendo cómo se sienten. Hacemos primeros auxilios si es necesario, también los chequeos generales y en caso de que se necesite una mayor atención pedimos una ambulancia para hacer la derivación”. Además, resaltó que “es muy importante que el paciente se sienta acompañado y escuchado, ya que estar encerrado tanto tiempo, sin su familia, los hace sentir muy mal, por lo que nosotros estamos siempre para poner un oído o acompañarlos al patio a tomar aire”.
Aunque a veces se encuentran cansados, el agradecimiento de los pacientes y sus familiares es el mensaje que los hace seguir por todos ellos. “cuando se van y nos llega el mensaje de agradecimiento, o hasta los mismos familiares te mandan mensajes, es muy lindo. ese mensaje es el que te da ganas de seguir, a veces estamos cansados y nos queremos ir a nuestra casa, pero ese gracias te dice que tenés que seguir por ellos”
El Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios durante la pandemia se encuentra organizado en 3 equipos. El primero está confirmado por los voluntarios que tienen familiares pacientes de riesgo, por lo que decidieron ponerse completamente a disposición y se mudaron a los centros de aislamiento. “Durante todo este tiempo, solo han podido ver a sus familias 3 o 4 veces, como es el caso de Florencia, que solo vió a su familia en 4 oportunidades”, nos cuenta Maximiliano. El segundo grupo es el que se rota para ir y volver a sus casas, con las medidas preventivas correspondientes y también cubren los turnos necesarios para que el primer grupo pueda descansar. Finalmente, está el tercer equipo, que es el que cumple las tareas administrativas desde afuera.
Otra de las voluntarias en Monseñor Aguirre es Aldana Rosales, joven de 26 y estudiante de enfermería. “Cuando llegamos con el bolsito el primer día, ninguno de nosotros se imaginó el gran trabajo que venimos haciendo”. Destaca el gran crecimiento tanto personal como profesional, ya que todos los días aprenden algo nuevo: “desde ponerse el Equipo de Protección Personal (EPP) como corresponde, hacer una desinfección correcta, hasta despertarse a las 3 de la mañana porque hay un paciente que no puede respirar”.
Por su parte, Ezequiel David, mecánico de 23 años que lleva 2 años de voluntario en CEPA, dijo: “Toda la experiencia fue para crecer, individual y grupalmente. Desde que llegamos y durante todo el camino no paramos de aprender cosas nuevas”. Destacó el compañerismo de todos los voluntarios y trabajadores del centro.
De los 4 centros de aislamiento que tuvo el municipio, pasaron 48 voluntarios de CEPA. Sus integrantes apuestan a que la institución siga creciendo y se convierta en una parte de la comunidad con la que todos se identifiquen. Por eso, invitan a que cualquier persona que quiera colaborar con sus vecinos, se acerque a su organización, que continuará al servicio siempre que sea requerido, pero ahora con mucha más experiencia y conocimiento que antes.