La ley de etiquetado frontal vuelve a debatirse en la Cámara de Diputados
Por Valentina Frare
Tras cuatro años de debate y con media sanción del Senado, el proyecto comienza a ser tratado en la Cámara de Diputados.
El tratamiento del proyecto comenzó hoy en una reunión conjunta entre las comisiones de Legislación General, Acción Social, Salud Pública, Competencia, Industria y Defensa del Consumidor. Se trató de una reunión informativa por videoconferencia en donde expusieron más de diez especialistas a favor y en contra de la ley, y acordaron realizar una última audiencia con expertos antes de llevar el tema al recinto.
El proyecto promueve que los productos que tengan exceso de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales o calorías deban incluir de manera obligatoria en su frente un rótulo que indique de manera “clara y explícita” la composición nutricional de los alimentos y bebidas destinadas a consumo humano.
La iniciativa no sólo tiene como finalidad brindar la información necesaria para que los consumidores puedan saber qué comen, sino también regula la publicidad e incluye la educación nutricional y la promoción de alimentación saludable. Sin embargo, el objetivo de fondo es contrarrestar la epidemia de sobrepeso y obesidad. Según el Ministerio de Salud de la Nación, seis de cada diez adultos tienen exceso de peso, lo que puede producirle más de 200 problemas de salud como diabetes, hipertensión, enfermedades de los riñones, entre otros.
Esta medida ya está legislada en varios países de América Latina como Chile, Ecuador, México, Uruguay y Brasil, aplicando distintos modelos de perfiles nutricionales. Argentina adoptará un modelo similar al de Chile, Perú y Uruguay que está basado en el etiquetado de octágonos negros que advierten el exceso de azúcar, sodio y grasas saturadas en los productos procesados. Este etiquetado es el más efectivo según los expertos porque “el consumidor logra tomar una decisión de compra informada en poco tiempo”
Sin embargo, existen varios sectores que se oponen a esta ley. Algunos nutricionistas objetan que el etiquetado de octógonos negros no muestra los aspectos positivos de los alimentos y estigmatiza a los alimentos procesados. Por otra parte, diversas ONGs han denunciado aprietes por parte de grandes empresas alimenticias para que se pronuncien en contra de la ley. Algunas de estas empresas objetan que esta medida podría tener un impacto negativo en su economía. No obstante, en los países que se ha implementado no se observó que las etiquetas frontales con advertencias sanitarias tengan una repercusión negativa.
Según una encuesta realizada por Quiddity: “el 90% de los argentinos cree que es muy o bastante importante que exista una ley de etiquetado frontal, para que la información nutricional esté a la vista y ya no sea la letra chica”.
La ley de etiquetado frontal es una herramienta más para generar educación alimentaria, para que el consumidor pueda hacer sus compras de manera inteligente y consciente, sabiendo los aportes nutricionales de cada producto.
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